Revenant is an experimental video assignment I did at the Fundación de la Universidad del Cine de Buenos Aires (FUC). We had been assigned to submit a short video that only contained 10 images. The idea was to push the barrier of conventional storytelling through the tight limitations and create a captivating video. I ended up finding a compromise to the tight constraints which was to narrate a story and utilize the images as a visual guide. The story was about a young man fascinated about death that became scared of dying, to the point of avoiding sleep as he described it as “death being timid”, he soon starts hearing voices and seeing demonic figures. The protagonist turns to studying demonology in the hopes of finding a defensive measure against these paranormal beings. One night a spectral being confronts the protagonist and through their confrontation, the protagonist is reborn with a new understanding of life and death and with his recently acquired demonology knowledge he captures the demon and makes it his slave. The story ends with the protagonist becoming a demon hunter.
Although I’m proud of the story I was able to make for this video, I feel like it is one of me weaker projects.
This project was filmed during the Covid-19 quarantine (2020). All roles were performed by myself.
Lessons Learned:
- Limitations are opportunities.
- Images hold a lot of narrative power.
- Audio holds an equal importance to video.
Here is the original story I wrote for this video. As it was made for an Argentinian audience, the story is in Spanish.
Revenant
Hasta el día de hoy recuerdo como resucité. Las señales eran tan obvias que sinceramente me impresiona que no lo ví venir. Todo empezó cuando me introduje al Nihilismo a los 17. Esta idea de que la realidad es momentánea e insignificante, que la vida humana es un factor aleatorio que se produjo en la formación del universo. Es una idea atrapante, y sin dudas sucumbí a su encanto. Cómo todo ingenuo que soy, me terminé fascinando con la muerte, escudriñando en su esencia. El ser humano tiene la necesidad de controlar todo, pero, ¿Qué sucede con aquello que no podemos controlar? El miedo me envolvió y me sumergió en la oscuridad de la paranoia. Rápidamente concluí que no podía dormir, el sueño es meramente la muerte siendo tímida. Fue aquí donde todo empezó, cada noche en que el sueño me vencía, las voces aparecían. Inofensivas, los consideré un juego de mi mente cansada. Confundido, terminé buscando consuelo y significado en las enseñanzas de la magia esotérica. Con el tiempo entendí que mi fascinación con la muerte me hizo notable para los espíritus menores, inofensivos en principio, pero dónde te ve uno, te ven varios. En vez de frenar ahí, olvidarme de todo esto y volver a una vida normal, decidí seguir mis investigaciones, buscando métodos de defensa ante estas entidades paranormales. En poco tiempo, las pocas noches de sueño que concebía se volvieron en terroríficos patios de juegos para entidades, arrastrando mi cama, tirando objetos de las estanterías, resonando a través de las paredes. Aterrorizado y confundido me sumergí en la demonología en busca de respuestas acerca de estos espíritus bajos. Esperaba encontrarme con el cuento habitual de que son las almas de las personas que no encontraron descanso, pero me encontré con algo mucho peor. Los espíritus son entidades energéticas que habitan un plano distinto al nuestro, como si estuvieran en un mundo paralelo. Ellos al ser puramente energéticos, no pueden interactuar con nuestro mundo, pero nosotros en cambio somos físicos y energéticos. En principio esto no significa nada, nuestra energía es muy baja para que nos puedan ver, pero al interesarnos en su plano, nuestra energía se concentra, volviéndonos visibles para ellos. El problema con esto es que al vernos, pueden utilizarnos de portal para venir a nuestro mundo. Primero vienen los inofensivos y curiosos, pero con el tiempo el portal se fortalece y dejando ingresar las entidades peligrosas. Aterrorizado ante este descubrimiento dejé de investigar inmediatamente. Pero era muy tarde. Decidí acostarme, intentar dormir y buscar una solución en la mañana. Ahí fue cuando ocurrió. La temperatura empezó a bajar, hasta el punto de hacerme temblar. Envuelto en la oscuridad de la noche, el miedo me dominaba. Llegó a mi un fétido olor a sulfuro. No lo veía, pero sentía su presencia. Junté las fuerzas para darme vuelta y confrontar esta entidad intrusa. Ahí estaba, parado, envuelto en sombras, esa criatura sin propósito ni rumbo llena de rabia, miseria y envidia. Su presencia en la habitación era total, su dominancia indudable e infalible. Le miré a los ojos y en ellos sólo encontré dos perlas negras sin alma ni vida. Hasta el día de hoy recuerdo que lo que más me perturbó no eran sus ojos, ni su presencia, ni sus intenciones, sino que yo me veía reflejado en esta criatura diabólica. Por más oscura su proveniencia, por más siniestras sus intenciones, me podía ver en ella, era parte de mí. Aunque no intercambiamos palabras, entendí que su intención era matarme. En ese momento todas las fichas cayeron en su lugar. Ésta era la culminación de lo que había iniciado hace meramente un año atrás. Mi pregunta estaba a punto de ser respondida y finalmente estaba listo para recibir la respuesta que tanto perseguí. Fue el aceptar la muerte lo que me hizo entender que había desperdiciado la vida buscando comprender la muerte en vez de apreciar que es un paso más en el camino. Comprendí que para disfrutar de la vida no puedo rechazar u ocultar una parte de ella. Renacido, agarré una tiza y tracé un círculo protector alrededor mío, tomé una caja de madera y tracé sobre ella un emblema rúnico protector. Transformado, miré nuevamente hacia esta entidad. Ya no lo veía como un ser omnipresente y dominante, sino como un igual. Abriendo la caja capturé este demonio, para analizarlo y aprender a controlarlo.
Así es cómo inicia mi leyenda.
Mi nombre es Karlos Knowles y cazo demonios.
FIN.
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